Amenazas que afectan al Águila Harpía en Panamá
Por: M.Sc. Karla Aparicio
Especialista en
Manejo y Conservación de Vida Silvestre
Patronato Amigos del Águila Harpía, Comité Científico
Se me pidió que escribiera
sobre las amenazas del Águila Harpía y por la experiencia aprendida en el
campo, podía relatarles las penurias por las que pasa nuestra ave
nacional. El tema pareciera fácil de desarrollar si nos basamos en lo que
ya han manifestado otros autores sobre las principales amenazas (cacería y
destrucción del hábitat), pero el asunto no es tan fácil ya que la
situación es distinta dependiendo de la región.
En la provincia de Bocas del
Toro y la Comarca Ngobe Buglé, por lo menos dos águilas fueron cazadas,
una (según la descripción era una hembra adulta) de las cuales se la
comieron guisada (cacería de subsistencia). Por otro lado, la gente local
señala que “la principal amenaza es la pérdida del hábitat ocasionada
por el aumento de actividades agropecuarias” y la extracción de
madera. Todo esto ocurre bajo la sombra del Parque Internacional La
Amistad y el Bosque Protector de Palo Seco, las cuales son la última
esperanza de vida de las águilas bocatoreñas. A pesar de este panorama,
la buena noticia es el registro del primer nido activo documentado en
julio del año pasado.
Ahora, nos dirigimos a la
provincia de Veraguas, en donde la problemática continúa siendo la
deforestación, pero la cacería está dirigida no sólo a las águilas sino
también hacia las presas que le sirven de alimento. Smith (2000) en su
estudio señala que las guacamayas, pavas, tres especies de monos y la
iguana verde (especies de las cuales se alimenta el águila) son cada vez
más escasos y los viejos cazadores lamentan la desaparición de animales
como el oso caballo, el puerco de monte y el tapir, perdiéndose así parte
de la diversidad biológica de esta región.
En este sector, la única área
protegida es el recién creado Parque Nacional Santa Fe que colinda con los
importantes bosques entre los ríos Calovébora en Veraguas y Miguel De La
Borda en Colón (área sin protección considerada como un Área Importante
para Aves - AIA). A la fecha, los esfuerzos realizados por ubicar nidos de
la especie han sido infructuosos. Luego de conversar con la gente local,
nuestra percepción es que la amenaza más tangible es el avance de la
deforestación, debida a la inseguridad que les genera el proyecto de la
nueva Cuenca del Canal.
Cruzando el Canal, en las
provincias de Panamá y Colón encontramos el Parque Nacional Chagres, el
cual alberga dos nidos de la especie que a la fecha han generado 7 nuevos
individuos desde 1997 y las parejas de águilas adultas continúan
utilizando estos nidos. Lastimosamente, en el 2003, un águila hembra
adulta (no es ninguna de las que utilizan los nidos por ahora conocidos)
fue cazada por un foráneo. Es por ello, que en esta área la amenaza es la
cacería.
En la Comarca de Kuna Yala a
pesar de existir una estrecha relación con el bosque, existe una creencia
sobre el poderío y abundancia de bienes que recibe la persona que cace
animales grandes y fuertes, siendo el Águila Harpía uno de ello y por lo
tanto, mayormente cazados. Además, se le atribuye poderes curativos a la
preparación en alcohol de los huesos de las patas. Otros huesos se
utilizan para la fabricación de instrumentos de vientos con los cuales
amenizan sus danzas usando las plumas blancas como adornos en sus
sombreros. Así muchas águilas han perdido la vida en territorio kuna. En
años recientes, el Congreso General avaló el programa de educación para la
conservación de la especie (desarrollado a través de la SAP), el cual tuvo
buena aceptación en las comunidades y un resultado importante fue el
descubrimiento del primer nido de la especie para el territorio kuna.
El Darién, el área más
importante por poseer la mayor cantidad de hábitat disponible, es decir,
bosques húmedos de tierras bajas. Aquí se conjugan todas las amenazadas
antes descritas, además de atentar contra la vida de los juveniles al
derribar sus árboles nidos, su cacería para fines comerciales y la venta
de pichones vivos al igual que otras formas de vida silvestre.
Actualmente, dos águilas fueron heridas con armas de fuego y aunque son
bien atendidas por el Fondo Peregrino, su futuro de regresar a la vida
silvestre es incierto.
Al hacer este recorrido
mental de mis expediciones, puedo constatar que las amenazas que afectan
al Águila Harpía en Panamá son su cacería, ya sea para subsistencia,
comercial, deportiva y por tradiciones; la cacería de las presas que le
sirven de alimento al águila; la destrucción de sus hábitat (por
extracción maderera, avance de la frontera agrícola, ganadería,
plantaciones comerciales y el incremento poblacional), la venta ilegal y
el tráfico de individuos.
La sobrevivencia del Águila
Harpía sólo se verá garantizada en la medida que se establezca una red de
reservas que incluya áreas protegidas, territorios indígenas y terrenos
privados. Asimismo divulgar y promover proyectos sostenibles y de
educación ambiental tomando como actores principales a las comunidades.
Además sería importante incorporar proyectos de reforestación con
especies nativas que utiliza el ave y más revelante aún sería hacer fiel
cumplimiento de las leyes ya existentes, en donde las futuras
infraestructuras y concesiones forestales respeten el entorno natural. De
esta forma, conservaremos poblaciones saludables de la especie a través de
todo el territorio nacional y podríamos gritar a grandes voces el “Águila
Harpía es nuestra ave nacional y la CONSERVAMOS con orgullo”.
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